A medida que aumenta la cantidad de organizaciones que se comprometen con iniciativas de diversidad e inclusión de la mano de obra, se presta cada vez más atención a apoyar a las personas con autismo.
El trastorno del espectro autista (TEA) hace referencia a una amplia gama de discapacidades neurológicas del desarrollo que pueden afectar de forma negativa a las capacidades de comunicación, los comportamientos sociales y las sensibilidades sensoriales. El autismo se entiende como un trastorno de “espectro” porque los síntomas y capacidades de las personas con autismo varían mucho de una persona a otra, desde leves a graves y debilitantes.
Aunque la experiencia de cada individuo con autismo es diferente, las dificultades que más a menudo se identifican con el TEA incluyen diversos grados de lo siguiente:
- Sensibilidad a los sonidos, las texturas y el dolor
- Interés intenso por una gama reducida de temas
- Apego rígido a rutinas, patrones o comportamientos
- Dificultad para comunicarse e interactuar con los demás
A medida que se va entendiendo mejor el TEA, muchos reconocen que las diferencias neurológicas asociadas a este trastorno pueden traducirse también en valiosas aptitudes para el trabajo. Por ejemplo, una gran conciencia de los patrones hace que muchas personas del espectro se destaquen en matemáticas, secuenciación, programación y otros procesos basados en datos. De hecho, el 16 % de los estudiantes con autismo que apuntan a un nivel de educación superior eligen campos informáticos (Annabi et al., 2019).
Otras fortalezas comúnmente asociadas con el TEA son las siguientes:
- Niveles elevados de concentración y atención a los detalles
- Capacidad de razonamiento interferencial
- Gran capacidad para identificar errores
- Resolución creativa de problemas
- Una perspectiva única y un pensamiento “innovador”
- Capacidad para construir, analizar y comprender sistemas complejos
- Perseverancia
- Memoria excepcional
- Innovación
- Lealtad
- Honradez
- Productividad
- Fiabilidad
Aunque se calcula que el 60 % de las personas con autismo tiene una inteligencia media o superior a la media, la tasa de desempleo de las personas del espectro es alta, incluso en el caso de las que han terminado la universidad. Se cree que los métodos tradicionales de selección y contratación, incluido el énfasis en el compromiso social, ponen en desventaja a las personas con TEA.
En los últimos años, varias grandes empresas, como Microsoft, SAP y JP Chase Morgan, han desarrollado programas de inclusión de la neurodiversidad para contratar y apoyar a empleados que se encuentran dentro del espectro autista. Para estas organizaciones, la inversión se ha alineado con la cultura y los esfuerzos de responsabilidad social de la organización y ha satisfecho sus necesidades de talento (Annabi et al., 2019).
En JP Chase Morgan, se ha contratado a personas con TEA para que desempeñen una serie de funciones competitivas, como analistas de fraude, analistas de cumplimiento y científicos de datos. Los datos del retorno de la inversión de JP Chase Morgan revelaron que las personas de su programa piloto fueron un 48 % más productivas al cabo de seis meses que sus homólogos neurotípicos. La segunda clase de participantes fue entre un 90 y un 140 por ciento más productiva, con cero errores al cabo de seis meses (Annabi et al., 2019).
Los líderes de las organizaciones afirman que las personas del espectro no solo ayudan a resolver la escasez de talento en áreas que suelen ser difíciles de cubrir, sino que también proporcionan una experiencia laboral más diversa a todos los empleados. También hubo beneficios inesperados. Una vez que las organizaciones crearon entornos más inclusivos, descubrieron que los empleados existentes empezaron a revelar sus propios diagnósticos de autismo, que antes habían mantenido ocultos. La comunicación en las organizaciones también mejoró y los gerentes que participaron en el programa se convirtieron en mejores líderes en general (Annabi et al., 2019).