Diez consejos de la ciencia de la felicidad
Los científicos del comportamiento han llevado a cabo una gran cantidad de investigaciones sobre lo que hace feliz a la gente y lo que no. Resulta ser que a la mayoría de las personas les resulta bastante difícil predecir lo que las hará felices. La riqueza y las posesiones, por ejemplo, influyen muchísimo menos en la felicidad de lo que comúnmente se cree. Los científicos han descubierto que, para alcanzar una felicidad más profunda, a más largo plazo, son otras las cosas que son mucho más importantes. Estas incluyen algunos hábitos de vida que se pueden aprender y practicar. La mayoría no cuesta nada y está disponible prácticamente para todo el mundo.
Estas son algunas lecciones de la ciencia de la felicidad que puede aplicar en su vida: (Advertencia: Aquellas personas que experimentan depresión clínica, trastorno de ansiedad u otras afecciones de salud mental no pueden sustituir la terapia, los medicamentos y otros tipos de asistencia profesional por estas prácticas. Pueden sí ayudar como complemento de dichos tratamientos).
1. Dedique tiempo a la familia y los amigos.
Diversos estudios concluyeron que las conexiones sociales afectivas y de largo plazo son el mayor estímulo de la felicidad personal. La familia y los amigos lo sostienen cuando necesita que le levanten el ánimo, actúan como una caja de resonancia cuando necesita procesar sus sentimientos y festejan con usted cuando las cosas andan bien. Y es posible que brindar ese apoyo y empujón anímico en retribución lo haga sentir bien. No se trata de cuántos amigos tenga en las redes sociales. Estamos hablando de ese núcleo de relaciones significativas (tal vez solo una o dos personas) que lo aman por lo que es y que lo hacen sentir bien. Piense en las personas que lo hacen reír y sonreír, y que estuvieron a su lado cuando estuvo triste. Dedique tiempo a esas personas independientemente de cuán ocupado esté. Demuéstreles que los aprecia y que le importan.
La contracara de este consejo es librarse de los rencores. Hasta las mejores relaciones pasan por momentos espinosos. No se empantane allí. Guardar resentimiento resta energía y socava la felicidad. Ábrase al perdón y siga adelante.
2. Sea amable y generoso.
Probablemente alguna vez leyó un adhesivo con la frase: “Haz el bien sin mirar a quién”. Suena meloso y tal vez algo sensiblero, pero se realizaron estudios sobe la felicidad que determinaron que funciona, y de una manera extrañamente egoísta. Siendo amable y ayudando a otros, de hecho lo ayuda a usted. Haga sonreír a alguien con un halago, un favor, una ayuda o simplemente siendo amable. Iluminará el día de otra persona y usted también se sentirá más feliz.
Del mismo modo, gastar dinero en otra persona es un camino más seguro hacia la felicidad que gastarlo en algo para usted mismo. Y se ha determinado que las actividades voluntarias estimulan la salud psicológica de los voluntarios.
3. Póngale un freno a la autocrítica.
El diálogo interior son las opiniones de las personas sobre sí mismas, y suelen ser críticas, lo que socava la felicidad. Sea amable consigo mismo al revisar sus actos y comportamiento. Aprenda de los reveses y siga adelante a partir de ellos, en vez de culparse y hundirse en un hoyo emocional. Si descubre que está siendo excesivamente autocrítico, imagínese cómo le hablaría un amigo comprensivo o cómo le hablaría usted a ese amigo. Resintonice su voz interior para ser así de amable.
Si necesita un empujón para cambiar por un modo más positivo de pensar, haga una lista de sus cualidades: las razones por las que a la gente le gusta estar con usted y eligen tenerlo como amigo, sus habilidades y talentos, sus fortalezas más importantes. El simple acto de escribir esas cualidades suele ser suficiente para quebrar un ciclo de autocrítica.
4. Préstele atención a lo bueno.
Otro hábito clave de la felicidad es el optimismo: no el optimismo ciego de la gente que no puede ver las dos caras de algo, sino el optimismo realista que reconoce el lado negativo mientras busca el positivo y trabaja para lograr un resultado mejor. Es cierto el dicho: “No hay mal que por bien no venga”. Cuando se descubra teniendo una reacción refleja negativa a algo (un acontecimiento, un cambio laboral u otra persona), tome distancia y busque el lado positivo. ¿Qué podría resultar de bueno de ese acontecimiento o cambio? ¿Qué podría aprender de esto que podría ayudarlo en el futuro? ¿Cómo podría reinterpretar el comportamiento de otra persona de modos más positivos?
Una vez que le encuentre el lado bueno a una situación, aun si es apenas una luz al final del túnel, eso le dará una meta hacia la cual trabajar. El optimismo es el hábito de encontrar lo bueno en la vida, aun en lo que parecerían ser circunstancias negativas. Y cultivar el hábito del optimismo puede hacerlo más feliz.
5. Practique la gratitud.
Las personas satisfechas se toman tiempo para pensar por qué están agradecidas. Es un ejercicio simple que puede hacer milagros para estimular su ánimo y su actitud ante la vida. Pensando en por qué cosas está agradecido (lo que aprecia de otras personas, pequeñas y grandes cosas que le dan placer, y lo que va bien en la vida), puede apartarse de los ciclos de pensamiento negativo. Es fácil enfocarse en lo que es difícil y en lo que anda mal, y eso puede dejarlo abatido. Practicar la gratitud lo obliga a tomar distancia y considerar lo que es bueno y lo que está yendo bien.
Para comenzar con el hábito de practicar la gratitud, al final de todos los días, podría escribir tres cosas por las que está agradecido. Váyase a dormir con esos pensamientos positivos y recuérdeselos al despertar. Con el paso del tiempo, esto puede convertirse en su diario de la gratitud. Con la práctica, mejorará su capacidad de ver lo bueno de la vida, y repasar lo que escribió puede darle un empujón cuando se sienta triste.
6. Enfóquese en el presente.
Vivir en el pasado y preocuparse por el futuro puede ponerlo ansioso y hacerlo infeliz. Cuando se esfuerza por enfocarse en el presente, puede rescatarse de esos patrones de pensamiento enfermizos. Estar presente es el fundamento de la conciencia plena y la meditación, prácticas que, quedó demostrado, reducen los sentimientos de depresión y ansiedad. Busque una aplicación o tome una clase de conciencia plena o meditación, o simplemente hágase un momento en el día para estar calmo y pasar unos minutos contemplando el aquí y ahora.
El objetivo de estar en el presente no es forzarse a ser feliz. Es posible que este momento no sea feliz. En cambio, el objetivo es reconocer y aceptar sus emociones, sean cuales fueren. Esa aceptación es lo que lo calma y lo que puede traerle una actitud más positiva.
7. Busque un propósito.
Otro ingrediente de la fórmula de la felicidad es buscar su propósito: ser sincero consigo mismo y hacer actividades que sean significativas para usted. Piense en qué lo entusiasma y energiza, de qué acciones o logros está más orgulloso y cómo desea que lo recuerden los demás. A veces estas prioridades se conocen como valores de elogio, en oposición a los valores de CV.
Una vez que haya pensado un poco en estas prioridades más profundas, busque maneras de hacerse tiempo para atenderlas. Podría ser haciendo más por las personas que ama, haciendo trabajo voluntario para ayudar a los necesitados de su comunidad, trabajar en un talento creativo, pasar más tiempo en la naturaleza, cultivar la pasión por la jardinería o la carpintería, o cualquier otra actividad que sea significativa para usted.
8. Póngase en movimiento.
La actividad física habitual es beneficiosa para su cuerpo y mente. Ya sea una caminata al aire libre, una clase de gimnasia o una de yoga, poner el cuerpo en movimiento puede levantarle el ánimo y aclararle la mente. El ejercicio desencadena la liberación de sustancias químicas que se conocen como endorfinas y que lo hacen sentir más tranquilo y feliz. Disminuye las hormonas del estrés y mejora la circulación de la sangre por el cuerpo, incluido el cerebro. Así que habituarse a la actividad física regular también puede ser un hábito de felicidad.
9. Resista la tentación de compararse con otros.
Puede entristecerse si sale desfavorecido al compararse con otros respecto de logros, posesiones, sociabilidad o belleza. Es una tendencia natural, pero llevada demasiado lejos puede ser dañina para su autoestima y salud mental. Como dijo el Dalai Lama: “Tenemos que aprender a desear lo que tenemos, no a tener lo que deseamos, para alcanzar una felicidad estable y sólida.” Muchas de las ideas expuestas aquí pueden ayudarlo a superar las comparaciones inútiles con otras personas. Practicar la gratitud, por ejemplo, es una manera maravillosa de enfocarse en lo bueno de su vida.
También tenga cuidado al usar las redes sociales. Reconozca que la gente no se muestra en su totalidad (con todos sus altibajos) en estas plataformas. Las personas tienden a mostrar una visión azucarada de su vida eligiendo solo los momentos y las fotos más felices para sus publicaciones. Usted siempre parecerá el perdedor si se compara con esas presentaciones cuidadosamente curadas.
10. Pase tiempo en la naturaleza.
Hay estudios que demuestran que pasar tiempo en la naturaleza (aunque sea un mínimo de 30 minutos semanales) puede reducir las hormonas del estrés y disminuir la tensión arterial. Otros estudios vincularon la experiencia del deslumbramiento (la sensación que podría sentirse al mirar las estrellas o advertir la belleza de un sendero en un bosque) con emociones más positivas. A medida que incorpore más actividad física en su vida, considere hacer una parte en la naturaleza, permitiéndose la flexibilidad de bajar el ritmo y disfrutar del ambiente natural.
Como habrá visto en esta lista, ser más feliz está a su alcance. No es necesario tener una personalidad optimista o un temperamento alegre innatos. Puede adoptar hábitos relacionados con el pensar y el ser que lo harán más feliz. La meta no es estar radiante y alegre todos los instantes de todos los días. Eso sería agotador, y no es así como funciona la vida. Todos experimentan reveses y pérdidas. Estar triste a veces, e incluso profundamente infeliz, es parte de ser humano. Sin embargo, los hábitos propuestos pueden ayudarlo a aceptar y a lidiar con esas emociones negativas y, con el tiempo y en promedio, disfrutar de una vida más feliz.